jueves, 23 de octubre de 2014

¿El proceso se hace o lo disfrazan?


Por: Yesika Castellanos  

Colombia es un país considerado subdesarrollado, ha tenido una guerra interna que ha tomado más de 50 años, cosa que se ha convertido en un grave problema interno y externo, ya que esto define como es vista la nación ante los ojos del mundo. En muchas ocasiones ha sido esta misma guerra interna la causante de pérdidas económicas, por la falta de turismo o de inversión, situación que para los diferentes presidentes se convierte en la constante búsqueda de posibilidades para resolver este conflicto.


Las alternativas o posibles soluciones en últimas, han terminado siendo focos de críticas de cualquier tipo, y la noticia actual, el gobierno dio a conocer las visitas de ´Timochenko´ en la Habana, con autorización del presidente y sin levantar ordenes de captura por parte de la Fiscalía, ¿a que estarán jugando?, al parecer la polémica quiere ser mucho más importante que el dialogo.


Este proceso de paz, me tiene aburrida, se convirtió en todo una guerra, y es posible que en un negocio, el gobierno afirma una cosa, la oposición la refuta y plantea otra. Pero a ¿quién creerle?   Tal vez hoy como siempre no deberíamos hablar de lo que nos plantea la agenda de medios, ni lo que nos toca, sino lo que queremos.


Yo quiero hablar de tipos de disfraces para esta época. Los brujos, magos y hechiceros salen en este mes, bueno si es que existen, yo creo que sí, lo digo por mi vecino.


En definitiva los disfraces forman parte importante de la dinámica de este día, y los que quiero resaltar son: La bruja resentidas que no quieren soltar el mando, el espía que sabe los más íntimos secretos, el hombre invisible que se esconden en Venezuela, el duende que busca un beneficio económico, los diablos que montan oposición o ángeles que apoyan el proceso.


Para el 31 de octubre existen mil opciones, pero tenga en cuenta que no siempre somos lo que las máscaras dicen, a menos que se termine creyendo el capitán América para ´´salvar la paz´´ sin importar nada, o el hombre araña que busca dejar en el olvido continuo de los colombianos, los errores del pasado.



Tal vez un disfraz no cambie el resultado, pero si define que tanto creemos en algo que intentan vendernos, cada quien resuelve en que creer, en definitiva en Colombia, este proceso tal vez no solo involucra la política, lo absorbe a usted como persona, vecino, familiar e incluso como ciudadano de una nación considerada las más feliz, pero irónicamente la más violenta.  

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